La temporada escolar es un momento esperado todo el año por nuestros clientes y proveedores. El foco está puesto en tener la mejor temporada comercial y desarrollar la mejor estrategia de ventas. Para ello, es clave comenzar una planificación temprana. Es cierto, estamos en octubre, pero aún estamos a tiempo. Veamos cómo.

Los libros sobre administración y los especialistas en gestión de empresas -especialmente aquellos que se vuelcan al análisis de las PyMes- identifican como uno de los puntos centrales de cualquier negocio la planificación. Ese momento engorroso y para el que nunca hay tiempo, porque las tareas del día a día se consumen las fuerzas, pero que puede fortalecer el éxito o apaciguar las turbulencias.

Ante todo, hay que tener en claro que planificar es la única forma de orientar las acciones de tu negocio en la dirección establecida. Es lógico que existen múltiples variables que los comerciantes no podemos manejar -coyunturas, situaciones económicas macro, competencia, entre otros-, pero planificar permite conocer esas eventualidades y trazar los caminos para el futuro.

El primer paso, entonces, es contar con información del comercio. Qué stock tenemos, qué números manejamos, y todo aquello que haga al desarrollo diario de tu negocio. Luego sí, llega el momento del trazado de metas: decidir hacia dónde se quiere ir. No alcanza, en tal caso, con decir que uno quiere vender y ganar dinero -objetivo obvio de la actividad comercial que fuera- sino que se trata de evaluar cuál es la meta deseable y cuál la posible. También deben poderse medir para luego chequear si se cumplieron.

A continuación, deberán idearse los caminos para llegar a la meta: en este punto entra en juego la administración de recursos (empleados o quienes trabajan, mercadería disponible, fondos y demás). Una vez trazadas las metas y conocidos los recursos disponibles, se deberá establecer la estrategia de ventas: ¿habrá promociones? ¿qué horario se trabajará? ¿cómo se difundirá y publicitará el negocio? ¿a qué público se apunta?

Con todo ello, ahora sí, podrá articularse un esquema del negocio, de su potencial y de cómo se debería trabajar ante distintos escenarios eventuales.Cerrada la temporada será el momento de evaluar los resultados, para proveer información que permita analizar y trabajar de cara al futuro.